viernes, 7 de octubre de 2011

Historias del Volante (or something).

Hoy tengo dos *ejem* Historias del Volante, una por viaje en coche.


La primera es de hoy en la mañana, camino a la escuela. Presencié algo que jamás me había pasado: gente que no sabe usar las intermitentes. ¡Y como cinco veces! (¿Había reunión o qué?)

Es ridícula la cantidad de gente que en lugar de poner la direccional pone las intermitentes. Sí, sí, vas manejando muy a gusto y de pronto *flash flash* *flash flash* *flash flash*~ (son dos "flash" porque son dos luces, see? ;D) y piensas "¿Te vas a parar? Motherfu---" y da la vuelta.

Motherfu---



¿Les ha pasado? ¿O tengo mala suerte y todos los que lo hacen viven por mi casa y van a la misma escuela que yo?

También me tocó manejar detrás de un señor taxista que ponía las intermitentes cada que pasaba un tope; he was like "¡Voy pasando el tope! ¡Voy pasando el tope!", and I was like "¿Se va a parar? ¿¡En el tope!?" y luego las quitaba y avanzaba. Fui detrás de él por todo Paseo Matlazincas.

Intermitentes = "¡Estoy aprendiedo a manejar!"

Intermitentes = "¡Voy muy lento!"

Intermitentes = "¡OMGVOYBIENRÁPIDONOTENGOFRENOS!"

Intermitentes = "Estoy dejando que pase la ancianita. Pase usted, venerable anciana."

Intermitentes = "Viejita, ¡ahí le voy!" [Citation needed]


...The hell, people? Ustedes, de verdad, me hacen preguntarme cuál habrá sido el propósito original de las intermitentes. --Esperen, como me lo dijo Alex hoy mismo "No necesitamos ningún conocimiento, ¡tenemos Internet!"

*Wikipedia*

Hay un artículo de automotive lighting. Toda esa bola de idiotas debería de leer esta parte.



Y, bueno, hoy en la tarde... ¡DIOS MÍO!


Perdón, es que... Es que---

¿Eh? No, no choqué (ni me chocaron). No, bueno, es que nada más (uh) bueno.



Es que yo mido lo placentero de un viaje en auto en función de la cantidad de veces que toco el claxon. En el trayecto escuela-baticuevacasa de hace rato todo iba muy bien... Pero parece que todos los cavernícolas se juntaron en los últimos (...) 10 minutos, a partir de la Glorieta de la Marina.

En lo que di 0.75 vueltas a la glorieta toqué el claxon 4 veces. Después otras dos en lo que llegaba al Río Verdiguel. Una más ya dentro de la colonia, por la farmacia. Y llegando a la casa, para que mi mamá me dejara espacio para estacionarme (:P).

Hay muchas personas que manejan mal, all right - está la vieja que se va maquillando, el idiota que nunca pone la direccional, el que acelera cuando tú la pones al cambiar de carril para no dejarte pasar, el autobús que no tiene luz de frenos, el niño que ni tiene edad legal pero maneja una camioneta de carga... Pero en este caso noté algo bizarro; vi (y fui víctima de) cómo todos, de repente, entraron en cierto estado de estrés por un factor externo (que no era el apocalipsis zombie):

La lluvia.

Bajando por Paseo Matlazincas y llegando a la glorieta empezó a llover y no sé qué le pasó a la gente; se aceleraron un buen y andaban como si fuera Mario Kart y todos hubieran agarrado estrellita. Yo no sé si se acordaron de que dejaron la ropa en el tendedero, que dejaron afuera al perro (o a su hijo que se quedó sin llaves) o son de esos extraños especímenes a quienes les anda del baño con la lluvia.

Fue muy rarooooo :( El mundo pasaba rapidísimo ante una Cristy tranquila que pronto se convirtió en una Cristy apresurada e irritable que dejó de cantar para poder tocar el claxon a gusto. 

¿Por qué la lluvia? ¿Y por qué un efecto tan contagioso? Me sentí como partícula de líquido hirviendo   :(

1 comentario:

  1. Hola Cristy!
    Fijate que eso de las intermitentes en el tope a veces es necesario. En la carretera al pacífico por la escuela hay unos topes enormes quue son mounstruos. Además considerando que la gente ahí suele ir a 100 kmh o más es muy prudente poner las intermitentes.

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