domingo, 26 de febrero de 2012

Mi casa. (Or "How I Learned To Stop Worrying And--- Who Am I Kidding? I'll Never Stop Worrying")

Ayer que andaba en Orléans y empezaba a hacerse tarde me descubrí queriendo regresar a mi casa. A mi casa en Francia, que es lo raro; a este cuarto de paredes simplonas y piso que se llena de polvo fácilmente, con una silla anaranjada y otra verde, y una calefacción insatisfactoria.

"Qué raro", pensé, "que cuando estoy en mi casa se me olvida que estoy en Francia".

Y se me hizo tan bonito porque, digamos, todavía no me encanta la idea de estar en Francia (espero llegue a encantarme). Entonces, llego a mi cuarto y estoy en México; estoy lejos de todos, sí, pero este cuarto es mexicano. Aquí se escucha a Caifanes y se canta a José José a todo pulmón, aquí están guardados unos Gansitos, unas Chip's de jalapeño y unos Rancheritos (y qué decir de las paletas de mango con Miguelito, los chiclosos de cajeta Coronado, el alfajor, el dulce de leche y la cocada, las latitas de chiles en vinagre y las bolsas de frijoles y cochinita pibil al vacío, los chongos zamoranos y el pozole en lata), aquí se desayunan huevos rancheros y se ponen los vasos de jugo sobre un portavasos de Colima, por aquí ha pasado la voz de mi mamá y la música de la guitarra de Alex, aquí se lee a Juan Rulfo para no volerse loco, aquí se dice "¿mande?" cuando no se entiende bien lo que le dicen, aquí se botanea con papas con Valentina y naranjas con Tajín y se merienda galletas Marías con cajeta y leche.

Perdón por lo cursi, pero todo esto es muy en serio.

1 comentario: